Hoy Nos Nace
Hoy nos nace SAPERE AUDE, como venida de un sueño, nos llega en este alumbramiento que hoy gozamos. Y nos llega toda bañada de luz, porque es luz lo que quiere transmitir, comunicar.
SAPERE AUDE es una revista, es la revista del Centro «Fray Bartolomé de las Casas» y, fiel al carisma de este Centro que la ve nacer y la hace suya, quiere ser espacio para todos, ecosistema posible y real donde se encuentren los más diversos modos de pensamiento y puedan sentirse cómodos, como en casa. Porque nuestra revista sabe que la única forma de hablar del pensamiento y de hacerlo florecer tal cual es, es bajo la admisión de que el pensamiento es tan variado como hombres y mujeres que piensan. Allí, en la diversidad ofrecida, compartida, comparada, se halla, como en su sede, la verdad.
Nuestra revista quiere ser ATRIO DE GENTILES, donde los hombres y mujeres de buena voluntad encuentren sitio y se den cita. De eso se trata: de darse cita, de hacernos coincidir en la belleza de lo vario, de lo distinto. Como siempre que nace una revista, surgen mil preguntas: ¿Es de izquierda?, ¿es de derecha?, ¿será ortodoxa?, ¿será progre?, ¿latinoamericanista?, ¿europeísta?, etc. Son preguntas válidas sí, y en la respuesta que demos a cada una de ellas, se irá configurando el rostro de lo que nuestra revista es. Probablemente, en cada una de las respuestas a estas preguntas, sea para afirmar o para negar, se vea reflejada de alguna manera nuestra publicación, aunque sin identificarse del todo con ninguna. Queremos salvar la libertad, que solo puede ser auténtica si es amante de la verdad. Partimos de una afirmación: hay verdad, (¿somos dogmáticos?) y es posible encontrarla, decirla, vivirla. Pero no la verdad del poderoso de turno, ni la verdad que se defiende con la espada o con el miedo: ya sea a la tortura o al infierno. No es la verdad fría que no sabe de amor y que aplasta a su paso lo que encuentra. No es la verdad de la idea separada. Es la verdad que brota de lo humano y que entre todos se deja tocar, y que solo es posible expresar entre todos. Es la verdad del creyente que mira hacia la tierra, porque sabe que su Dios camina entre los hombres e intenta descubrirlo cubierto de harapos y dolor, y es la verdad del ateo que mira hacia arriba, porque quiere superar lo porfiado de la tierra y busca respuestas que sabe que el abajo no le da, porque el abajo es testarudo y muchas veces mudo. Pero no se trata de que todo dé igual y sea lo mismo, desde aquí queremos posicionarnos frente al relativismo contemporáneo, que desespera de poder llegar nunca a la verdad, y frente al fundamentalismo, que afirma que la posee ya plenamente. Ambas posturas tan falsas como inhumanas.
SAPERE AUDE, en este su primer abrazo, nos habla de educación y filosofía, ¡Qué lejos estamos hoy de aquel comienzo donde hablar de educación y filosofía era redundar! Por eso se hace necesario volver ahí y recordar que la educación, para ser ella misma, debe volver a las preguntas últimas, ha de volver a cuestionarse los paradigmas existentes. Necesita el perípatos, estar en camino, andar, no detenerse nunca, ni para contemplar las viejas glorias del pasado y vivir de rentas, ni ha de detenerse a suspirar por un futuro que no llega, porque nada ha de llegar, hay que buscarlo. La educación ha de volver al hombre, tiene que preguntar por él, ha de oírle, de lo contrario, corre el riesgo de convertirse en estribillo ideologizante. El volver a la filosofía desde la educación tiene el carácter salvador de quien, haciendo crítica de lo de siempre, hace aparecer lo auténtico.
Decir gracias es poco y es todo, para expresar lo que supone presentar a esta creatura que enseguida se vuelve más grande que sus creadores. Pero es lo único que puedo decir, en nombre del Centro «Fray Bartolomé de las Casas», a los que hacen posible y siguen haciendo lo imposible para generar tanta luz.