SANTUARIO NACIONAL DE SAN LÁZARO

Mensaje del Cardenal Juan García Rodríguez, Arzobispo de La Habana

Domingo, 17 de octubre de 2021

Estimados hijos e hijas de San Cristóbal:

El papa Francisco, el domingo 10 de octubre, ha inaugurado el Sínodo de la Iglesia Católica que ha de celebrarse desde ese día hasta octubre del 2023 en todas las comunidades católicas del mundo entero. Hoy, en el Santuario Nacional de San Lázaro, casa de la caridad, casa del peregrino, casa de oración, damos comienzo al Sínodo en la Arquidiócesis de La Habana.

Sínodo es un encuentro no solo de los obispos, sino de todos los bautizados, para orar, reflexionar, escuchar y encontrar juntos lo que el Espíritu Santo inspire para la misión de la Iglesia. ¿Qué nos pide el Papa Francisco? Común-unión, caminar juntos. Sabemos lo que significa caminar en familia por el malecón, las calles, los parques, la carretera del Rincón, la loma de El Cristo de La Habana, navegar en la lancha de Regla, Casablanca, en el Catamarán de la Isla. En este caminar y avanzar conversamos, discutimos, nos fotografiamos, manifestamos el cariño y regresamos más unidos. Así también pasa en la Iglesia. Nos encontramos, celebramos, cantamos, rezamos, escuchamos, nos deseamos la paz y nos sentimos como una familia y salimos llenos de alegría y compartimos lo vivido en la casa, barrio, trabajo, estudio. Es lo que experimentaba la primera comunidad cristiana según el Libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 2, versículo 42: “Se reunían frecuentemente para escuchar las enseñanzas de los apóstoles y participaban en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones”.

También Jesús atravesó llanos y montañas con sus discípulos conversando, almorzando, enseñando y los unió en un solo corazón y una sola alma. Así ha de comenzar nuestro sínodo con un solo corazón y una sola alma. ¿Qué nos pide el Papa? Participación de todos los católicos e inclusive de personas de buena voluntad que deseen unirse a nosotros. El Papa nos pide escucharnos en los encuentros a los que seremos invitados y compartir nuestras opiniones con respeto mutuo y oído atento. Lo que me inspire el Espíritu Santo lo digo sin temor, sabiendo que mis hermanos presentes me escucharán y yo los escucharé cuando ellos se expresen. El Espíritu nos iluminará para discernir lo que Él quiere y continuaremos con más entusiasmo y optimismo el camino del amor fraternal.

El Espíritu sopla donde quiere y nuestra reflexión personal, comunitaria, parroquial, vicarial y diocesana puede llegar al Papa y Él se sentirá muy feliz. El Espíritu nos dice en la Carta de San Pablo a los cristianos de Roma, capítulo 8, versículo 14: “Todos los que se dejen llevar por el Espíritu son hijos de Dios”. Rogamos a todos los sacerdotes, diáconos, monjas, hermanos y laicos estén presentes en los encuentros vicariales y lo compartido hacerlo presente en sus comunidades. ¿Qué nos pide el Papa? Lo reflexionado en nuestras casas, familias, comunidades, parroquias, diócesis, llevado a Roma y bendecido por el Papa y los obispos, vivirlo ya desde ahora, ya que el Espíritu nos indicó caminos evangélicos para nuestras iglesias y seguramente este estilo de comunión, participación y misión hemos de repetirlo en muchas ocasiones ante nuevos retos y desafíos.

Como San Pablo a los cristianos de Roma (capítulo 11, versículo 33), exclamamos: ¡Qué profunda es la riqueza, la sabiduría y prudencia! ¡Qué insondable sus decisiones, qué incomprensible sus caminos! Para llevar a feliz término lo inspirado por el Espíritu rogamos que la adoración eucarística que muchas comunidades celebran, tenga una intención especial por el Sínodo y se rece la oración propuesta, y en las comunidades donde no hay esta adoración y hora santa, comience a celebrarse. Anuncien los horarios y muchos participaremos. 

Vivamos como la comunidad de Jerusalén: Los apóstoles con algunas mujeres, la Madre de Jesús y sus parientes permanecían íntimamente unidos en la oración (Hechos de los Apóstoles, capítulo 1, versículo 14).Nos ayudarán mucho en este camino sinodal monseñor José Félix Pérez Riera, párroco de Santa Rita y referente diocesano; el padre Raúl Arderí García, jesuita; la Hermana Iyala Frías, hija de la Caridad y Yarelis Rico Hernández, editora de Palabra Nueva. Ellos están disponibles para servirlos y agradecen los comentarios de textos bíblicos, oraciones, poesías, escritos sobre el Sínodo vivido en las comunidades. Todas las mañanas, todas las tardes, todas las noches recemos: “Espíritu Santo, ven a nuestro Sínodo”.

Santa María de la Caridad, ruega por nosotros. San Juan Pablo II, presente en este Santuario, ruega por nosotros. San Lázaro, ruega por nosotros.

La bendición de Dios Padre que nos creó para constituir bellas familias, iglesias y pueblos. 

La bendición de Jesucristo, que nos llama a establecer su reino de amor.

La bendición del Espíritu Santo, quien con nosotros lleva a la realidad sueños nunca imaginados, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén.

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