Centro Fray Bartolomé de las Casas

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Mensaje de Navidad

Jue 22 Dic 2022
Image Mensaje de Navidad

A Profesores, Colaboradores y Estudiantes del Centro Fray Bartolomé de las Casas:

 

La alegría y el regocijo son propios de esta época del año, tiempo en el que, paradójicamente, también nos asalta la nostalgia por los años que se han ido y por todo lo que vamos dejando atrás.

 

Pareciera de repente, que hay pocos motivos para celebrar. Parece, de repente, que las carencias, el odio, la violencia y la desesperanza; pueden apagar el eco de los villancicos y las luces que antaño vestían de gala estas fechas. De pronto podríamos vernos inducidos hacia una profunda falta de fe, en medio de circunstancias que nos conducen al límite; mientras el enemigo nos pregunta todo el día: ¿Dónde está tu Dios? 

 

Y es justamente aquí donde el cristiano encuentra no sólo su victoria, sino también su paz y su alegría. Mi Dios, nuestro Dios, está envuelto en pañales y acostado en un pesebre. La rama nueva del tronco de Jesé, se ha manifestado en la pequeñez de un niño, porque bien sabe Dios que la ternura es capaz de derribar del trono al poderoso, al soberbio, al injusto. En tiempos donde la avaricia de unos pocos, parece tenernos a todos sumergidos en la miseria, Dios se hace hombre; se encarna en nuestra naturaleza para desde esa misma naturaleza, salvarnos. Y es que la salvación sólo es posible en un Dios que se hace uno de nosotros, que acampa con nosotros y que viene a padecer lo que nosotros padecemos. Sobre él, sobre ese niño acostado en el pesebre de Belén, está el espíritu de Dios, un espíritu de sabiduría, inteligencia, justicia y valor. Un espíritu que no juzga por las apariencias, sino que valora lo más profundo que yace en nuestra esencia. 

 

¡Cuánto valor hay en ese niño! ¡Qué respeto impone la inocencia de su rostro, la pureza de su corazón, la verdad de su mensaje! En tiempos donde la ley que prima es la de “sálvese quién pueda”, ¡qué sosiego tenemos al saber que Dios es solidario y marcha a nuestro lado! En tiempos en los que el mundo parece dividido en incontables facciones, en el que tantas ideologías separan a los hombres sin atender su dignidad y su naturaleza, vendrá este niño a edificar lo que está derrumbado, a levantar lo que está caído y a unir lo que el odio ha separado.

 

En una sociedad donde el respeto por el otro ha desaparecido, simplemente porque el otro es descartable, la vida es descartable, el amor es descartable y la verdad es descartable, vendrá este niño y traerá justicia al oprimido, defenderá el derecho de los débiles y derribará con su palabra al opresor y al malvado.

 

Es el triunfo del amor lo que celebramos año tras año en Navidad, porque el amor no entiende de distancias, ni de visas, ni de gobiernos ni de inmigrantes. El amor no explica ideologías, no justifica guerras, no salva economías. El amor solo entiende del hombre, porque somos todos (mujeres y hombres) criaturas amadas del creador; somos todos hijos amados del Padre.

 

“Aquel día la raíz de Jesé se levantará como una bandera para las naciones (…) y el lobo habitará con el cordero, el oso y la vaca pastarán juntos y el niño de pecho jugará sobre el nido de la víbora”

 

Que esta sea nuestra esperanza y nuestra alegría, a todos les deseo Feliz Navidad y próspero Año Nuevo.

 

Fr. Celio de Padua García

Rector