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EL ATREVIMIENTO DE LOS FRAILES: EL CENTRO FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS (+NARRACIÓN)
Jue 23 Mar 2023EL ATREVIMIENTO DE LOS FRAILES: EL CENTRO FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS (+NARRACIÓN)
23 / marzo / 2023
por LEONARDO M. FERNÁNDEZ OTAÑO
Articulo tomado de EL Toque
Los frailes dominicos fundaron el Centro Fray Bartolomé de las Casas en las dependencias del convento de San Juan de Letrán, La Habana, en septiembre de 1999. La institución fue el resultado de un largo proceso de servicio cultural e intercambio con la ciudadanía por parte de los religiosos, que inició con la apertura del aula de igual nombre en 1995.
El aula fue la primera acción concreta de la orden para apoyar a la sociedad en la que desplegaban su labor religiosa, atravesada por el contexto de crisis económica, social y cultural de los años noventa del siglo pasado. Así, el último jueves de cada mes el convento habanero se convirtió en un ágora que acogía el pensamiento diverso en la capital cubana. Como invitados en calidad de conferencistas participaban tanto intelectuales oficialistas como religiosos de diferentes denominaciones y académicos censurados.
Por más de 60 años el país ha estado atravesado por el predominio del pensamiento único sobre las instituciones oficiales en el ámbito de la cultura y la educación. Letrán, como también se le conoce al centro de estudios, se abrió a la comunidad con un taller de computación en su primer curso. La clave del éxito de la iniciativa fue, sin duda, su caminar prudente y firme; basado en la ocupación discreta de los espacios en un contexto en el que la actividad educativa no oficial estaba censurada.
Su primer rector, el fraile español Manuel Uña, describe en sus memorias los avatares de los años fundacionales:
«Luego programamos un curso para señoras, enseñándoles cómo atender a sus familiares mayores o discapacitados. Esta experiencia duró dos años. Estábamos ganando tiempo. No podíamos correr».
Como señala el religioso, la primera etapa fue atrevida, pues se abría una zona inexplorada para la Iglesia católica en el país: la incidencia directa en la educación superior.
Hasta 2010 la institución vivió un proceso de fortalecimiento y expansión, lo que propició la apertura de nuevos servicios y la ampliación de los beneficiarios hasta llegar a la cifra de 1 500 estudiantes matriculados. El proceso de afianzamiento también fue posible gracias al apoyo de importantes organizaciones a nivel internacional, entre ellas Porticus (Holanda), Adveniat (Alemania), Cadof (Reino Unido), Cáritas Suiza y la Conferencia Episcopal Italiana.
EL DESAFÍO DEL CONOCIMIENTO
El Centro Fray Bartolomé de las Casas ofrece una serie de talleres y diplomados que, aunque destacan por su calidad académica, han encontrado una negativa de reconocimiento por parte del sistema oficial de enseñanza cubano. Ante esa dificultad, la institución ha demostrado su capacidad de reinvención educativa y ha establecido convenios de colaboración con importantes instituciones formativas a nivel regional y mundial como la Universidad Alberto Hurtado, en Chile, o la Pontificia Facultad de San Esteban de Salamanca, en España.
Hasta 2023 el Centro ha ofrecido talleres y diplomados que abarcan desde las ciencias sociales y humanas (Humanismo y Sociedad, Teología o el Bienio Filosófico) hasta clases de computación, diseño e idioma. Otro espacio potenciando por la institución se denomina FIA (Formación Integral para Adolescente). El proyecto fue fundado por las Religiosas Dominicas de Granada y trasladado después al Centro. La propuesta formativa ahonda en la formación de los participantes, que va más allá del reforzamiento escolar y el inglés, al aportarles herramientas para su desarrollo cultural y humano.
La institución cuenta con una biblioteca que posee más de 16 mil libros a disposición de los públicos. Entre los usuarios más habituales se encuentran los estudiantes de la Universidad de La Habana, que buscan el silencio y amplio fondo que la sala de lecturas pone a su disposición. También disponen de una videoteca que posee un amplio caudal de materiales digitales para el aprendizaje de los idiomas y la apoyatura de los otros cursos, así como aulas especializadas para el estudio de las lenguas extranjeras.
Al arribar la pandemia de la COVID-19 a la isla, el Centro se enfrentó a un nuevo desafío: el fin temporal de la presencialidad en la docencia y el reto de una mudanza hacia el ciberespacio. La circunstancia produjo un tránsito de los servicios y talleres a las redes sociales, lo cual permitió extender los cursos a otras regiones del país.
El proyecto educativo también ha destacado por su compromiso social durante los principales sucesos que han atravesado el panorama cívico insular. En sus aulas se han formado cientos de jóvenes, varios de ellos han tenido un fuerte compromiso en las diversas causas ciudadanas que han ocupado el espacio público en los últimos años. Tal es el caso del movimiento LGTB, la lucha animalista, los movimientos antisistema (Movimiento San Isidro, participantes del 27 de noviembre o miembros de la plataforma Archipiélago). Ante la rigidez de importantes sectores de la educación oficial, el Centro ha brindado una propuesta educativa ecuménica que propicia el diálogo con la diversidad.
En una carta pública a raíz de la huelga de hambre de los miembros del Movimiento San Isidro, el entonces rector del Centro fray Lester Zayas expresaba:
«No conozco a todos los jóvenes de San Isidro, pero a algunos, sí, sé cómo piensan, los he oído en clases, he tocado sus sueños. Gente mala no son. No hay maldad en la diferencia. En lo monocorde, en el pensamiento único, en el uniforme, no sé si habrá maldad, pero es tan aburrido. Hoy la patria me duele en San Isidro, me duele ver la vida agotarse por cerrarnos al diálogo, me duele mucho no poder entrar a mirarlos a los ojos, sentarme con ellos a la mesa y brindar con un vaso de agua en nuestras manos por el regalo de la diferencia. Poder escuchar cómo piensan, poder discutir si es preciso, con el único fin de poder ponernos de acuerdo en lo bueno. Hay bondad en todo hombre de buena voluntad. Es tan fácil dialogar, es tan bueno ver la vida en la mesa compartida».
Las palabras evidencian el compromiso de la institución con la formación cívica y el acompañamiento a la sociedad civil. Los nexos construidos por más de dos décadas de apuesta educativa han situado al Centro Fray Bartolomé de las Casas en el quehacer de la cultura cubana. Ha demostrado la importancia de los espacios de diálogo y reflexión cognitiva en contextos restrictivos para las libertades civiles, como es el caso cubano. Letrán ha sido casa para intelectuales oficialistas y críticos, militantes comunistas y disidentes, lo cual ha favorecido lo que en muchos espacios en la Cuba actual sigue pareciendo imposible: el respeto de todas las voces e ideas.